En Marzo de 2006 y tras ser elegida con arreglo a los Estatutos entonces vigentes, nos hicimos cargo de la marcha de la Asociación, una nueva Directiva encabezada por Fernando Soria, como Presidente de Honor Vitalicio, Juan Antonio Poblador, como Presidente, Carmen Rubio y Antonio Bru como Vicepresidentes, Ana Mas como Tesorera y el que suscribe como Secretario, junto a otros compañeros como Vocales.
Como habíamos prometido, nuestra principal tarea inicial -junto a la de saneamiento económico- era la de llevar a cabo el necesario cambio de Sede Social. En Octubre de ese mismo año, se inauguraba la nueva Sede de MAISONNAVE 33, con una antológica de nuestro Presidente de Honor. Con ello quedaban atrás los muchos problemas de todo tipo, que el cambio origino y se cumplía la “sagrada” promesa electoral.
Ya teníamos Sede, pero ahora se imponía la tarea de dotarla de contenido. Es decir, elaborar y llevar a cabo un programa de actividades de todo tipo, que resultara atractivo para los asociados que habían resistido a las presiones para abandonar la Asociación, a las que algún directivo de la anterior Junta les había sometido. A tal efecto y habiendo sido designado, entre otros cometidos que no voy a enumerar, como COORDINADOR DE TALLERES, propuse a la Junta una serie de TALLERES a realizar en nuestra flamante Sede, que merecieron la aprobación de mis compañeros. Entre ellos se creó el de MIRAR UN CUADRO, cuya razón de ser programática era: “Reunión de socios para diseccionar un cuadro de cualquiera de ellos, que lo presenta ante los compañeros para darlo a conocer y recibir halagos y criticas”.
La pionera en comparecer fue nuestra compañera CARMEN RUBIO, el 9 de Noviembre de 2006, y lo hizo con su obra “EL CERDITO DE GOMA. Ahí queda para la pequeña historia de este Taller. Asistieron numerosos asociados que llenaron el espacio habilitado para el acto y opinaron que la formula era amena y atractiva. Se inicio con una semblanza- introducción por mi parte y con el cuadro tapado. A continuación se destapo y la pintora hizo una breve exposición de lo que pretendió al pintarlo y la técnica empleada. Seguidamente se estableció un dialogo entre la pintora y el público, impulsado y moderado por mí para darle agilidad y orden.
Con esa exitosa y sencilla formula, hemos pasado por ese Taller hasta el momento de cerrar los incluidos en este libro, treinta y uno de nuestros compañeros. Con la práctica se ha ido acondicionando el formato para que su duración fuera de una hora, aproximadamente, que es el tiempo ideal para mantener viva la atención de los asistentes. Para ello y por otras razones que ahora diré, he ido pasando, paulatinamente y a ritmo creciente, de las cuatrocientas sesenta y cuatro palabras de la semblanza-introducción de Carmen Rubio, a las mil cuatrocientas que vengo utilizando en las más recientes. Las razones que lo justifican eran, que por lo general y en función de la mayor o menor duración de la disertación del pintor o pintora y del coloquio posterior, a veces en poco más de media hora se agotaba el interés y había que dar por finalizado el acto. Esto no pasaba siempre, porque había algún compañero que además de darle bien al pincel, también le daba bien a la sin hueso. Mientras que otros, mas retraídos o tímidos, se apagaban en seguida. La otra razón tiene algo que ver con mi inmodesta persona, y es que observe la viva atención que el público asistente (socios, familiares y amigos que cada vez acudían en mayor número) prestaba a la semblanza-introducción con la que presentaba al compareciente como invitado al Taller. Y también la aceptación general de la fórmula empleada para la misma, consistente en una semblanza biográfica; un repaso a la historia de su formación pictórica; a su curriculum expositivo; a los temas y medios empleados para su realización; al dibujo y al color; a un estudio subjetivo de mi opinión sobre su obra, en general ( el cuadro estaba tapado y siempre he querido que fuera una incógnita hasta el momento de su “destape”) y finalmente un ligero estudio de la personalidad humana y sicológica del compareciente, que ¡Oh milagro!, siempre se daba por certeramente retratado y asi lo manifiestaba.
Esa fórmula sencilla, adornada por ligeras pinceladas humorísticas (de tan buen efectos entre cualquier auditorio) y siempre laudatoria para mi invitado, -como no podía ser de otra manera pues nadie trata mal a sus invitados-, ha resultado tan atractiva para todos, que yo mismo me asombro del éxito alcanzado.
Y como quiera que se que todos los que han pasado por el Taller, guardan como reliquia el texto de la presentación, utilizando en algunos casos, trozos del mismo para imprimir en sus catálogos, me dije que sería una buena manera de hacer que permanecieran en el tiempo, el recoger en un libro todos ellos y junto a sus fotos y las de los cuadros presentados, imprimirlo para la posterioridad y la pequeña historia de la pintura alicantina, en la que todos mis invitados al Taller, han dejado (algunos ya) y estoy seguro, dejaran , su huella.
A leerlo en su conjunto, me he dado cuenta, que junto a la personalidad de los comparecientes, se va mostrando también la mía por medio de esas ligeras pinceladas de opinión que intercalo y que son fiel reflejo de lo que pienso y que, a mi entender, le dan al texto la frescura de la originalidad que para mí y en todo lo que hago es fundamental. Acertare o no, en lo que hago o digo, pero todo es fruto de mi reflexión como fácilmente podrán deducir aquellos que lean este libro.
Pero yo y mi pintura también comparecimos para “recibir halagos y criticas”, y aunque estas últimas fueron más, (creo que con toda la razón respecto al cuadro presentado que tire a la basura), tuve el placer de ser presentado por mi querido amigo José Zapata, Jóse para mi, que utilizo una formula bastante parecida a la mía, en cuanto a su buena opinión respecto a mi obra y a mi persona. Como es natural, esa presentación también se recoge en este libro y junto al diseño de la portada, es la aportación de mi amigo Jóse a este libro, algo que me satisface sobre manera y quiero que conste asi.
El libro tiene una segunda parte titulada Y ALGO MAS, en la que incluyo presentaciones que hice con motivo de alguna conferencia de algún socio o no socio, que no han pasado por el TALLER DE MIRAR UN CUADRO, (pues lo contrario sería redundante) tales como José Mª del Valle y Maribel Sansano. No lo hago asi con las que dieron Ramón Fernández o Leopoldo Roales pues ellos sí ha pasado por el Taller. También la que le hice a nuestro Presidente Juan Antonio Poblador, con motivo de su CLASE MAGISTRAL sobre la acuarela, ya que hasta el momento “se ha ido escapando” de lo de Mirar un cuadro. No lo hago asi de las que nos dieron Rafael Llorens Ferri y Vicente Lujan, pues ambos han pasado por el Taller y figuran en el libro por ese motivo. Como no podía ser menos, incluyo la presentación que le hice a Cerda Girones en su magnífica CHARLA EXPOSICION en nuestra Sede.
Y ya para rizar el rizo, incluyo el escrito titulado “MI TEMA”, en el que doy cuenta de mi intención de ser, única y exclusivamente pintor marinista, por el significado fundamental en mi historia como pintor. Y para finalizar, las respuestas al cuestionario para la entrevista que me publico mi amigo Ramón Fernández “Palmeral” en el ultimo numero de su añorada revista”PERITO”. En ellas me retrato como nunca lo he hecho y expongo mis “vergüenzas” a la opinión publica, para todo aquel que quiera conocerme mejor, en mis facetas de pintor y persona y al propio tiempo explico con el apasionamiento en mi habitual, mi sistema de aprendizaje como autodidacta casi integral.
Como ya habréis adivinado, con este libro doy por cumplida la última condición de las tres cosas fundamentales que, según el que lo dijo, merece la pena hacer en esta vida: PLANTAR UN ARBOL, TENER UN HIJO y ESCRIBIR UN LIBRO. En la primera pienso que me he excedido, sobre todo cuando me llega el recibo del agua. En la segunda no la cumplo con exactitud pero si a plena satisfacción, pues solo he tenido hijas, cuatro para concretar. Y en cuanto a la tercera con este libro se cumple y espero que haya alguno más, si en un futuro cercano y si el alzhéimer no me visita, siguen pasando por el TALLER DE MIRAR UN CUADRO (como es mi intención), todos y cada uno de los asociados.
AGRADECIMIENTO
Agradezco de todo corazón a todos los que asistieron anoche en nuestra sede, a la presentación de mi libro “MIRAR UN CUADRO Y ALGO MÁS”, que se sobrepusieran a lo desapacible de la noche y estuvieran acompañándome en un acto de tanta trascendencia espiritual para mí. También agradezco a Juan Antonio Poblador, nuestro Presidente, las palabras de halago hacia mi persona y a mi condición de escritor. Igualmente agradezco a los verdaderos protagonistas del libro, “mis personajes”, que vinieron “en busca de su autor” y como en la obra de Pirandello, se sentaron entre el público asistente para aplaudirme, porque ellos si tenían vida propia antes de que yo, el autor, la relatara.
Muchas gracias a todos, asistentes y ausentes y a los que compraron o compraran mi libro y piensa leerlo, porque esto y no lo otro, es lo que a mi más me importa.
Carlos Bermejo
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